MAHÉ Y PORT VICTORIA
Con su aeropuerto internacional, Mahé constituye un punto de paso obligado para los viajeros que van a las Seychelles. Esta isla montañosa de 27 km de largo por 8 de ancho es la más grande del archipiélago. También es la más poblada, tiene 60.000 habitantes, lo que equivale a 9 de cada 10 seychellenses. Pero aunque Mahé sea la isla más urbanizada de todas, eso no quiere decir que tenga menos paisajes salvajes de los que dejan con la boca abierta como la reserva natural de Port Launey, las selvas tropicales del centro o la sublime Anse Intendance.
El turismo sigue estando localizado básicamente en Beau Vallon, en el noroeste, donde se suceden hoteles y casas de huéspedes. El resto de estructuras de alojamiento se reparte escalonadamente por todas las costas de la isla y ofrecen, en su mayoría, una relativa intimidad. Gracias a la animación de Victoria, su capital de bolsillo, con sus zonas de ambiente nocturno como sus casinos y clubes o sus numerosas galerías de arte, Mahé seducirá también a todos los que busquen otros placeres aparte de la playa. Victoria es una ciudad agradable donde se pasea a gusto. La visita al mercado, una de las principales atracciones turísticas, es particularmente apreciable el sábado por la mañana, día de auténtica efervescencia. Las calles vecinas te permitirán encontrar algunos souvenirs de tu estancia en el archipiélago.
Mahé también tiene numerosas galerías de arte. La más visitada es la del pintor internacionalmente conocido Michael Adams, cuyas telas de vivos colores están muy cotizadas. Con un poco de suerte, podrás ver trabajar al artista en su taller, rodeado de una imponente vegetación cerca del Anse aux Poules Bleues.
En el Anse aux Pins, visita el pueblo de la artesanía. En el centro destaca una magnífica casa señorial toda de madera notablemente restaurada. Ésta encierra numerosos objetos cotidianos de la época colonial. Alrededor, las pequeñas casas criollas ofrecen una idea bastante exhaustiva de la artesanía seychellense: cestería, sombreros, pintura sobre madera, objetos de nácar, corales o conchas. En las proximidades, la fábrica de maquetas de barcos te permitirá admirar todos los detalles de esta artesanía local. Huella imborrable del colonialismo inglés, The Tea Tavern, cerca de Morne Blanc, y su "Factory" ofrece por otra parte una idea interesante de la cultura y del acondicionamiento del té en las Seychelles. Los caminos salvajes de la isla, muy poco transitados, también son propicios para las escapadas, excursiones o rutas.
En dirección a Mont Fleuri, el jardín botánico creado en 1901 merece la pena. Este oasis de vegetación acoge, en más de 6 hectáreas, a casi 200 especies tropicales, entre las cuales están los famosos cocoteros de mar. Los que quieran podrán proseguir con las lecciones de botánica en el Jardín del Rey, en Anse Royale, rodeados de perfumes de claveros, canelos, mirísticas, árboles de cacao...
Los amantes de las lagunas paradisíacas tendrán que ir al Parque Nacional Marino de Ste Anne, donde se pueden explorar sus fondos marinos con unas simples gafas de buceo o desde un barco con fondo de cristal.
Huella imborrable del colonialismo inglés, The Tea Tavern, cerca de Morne Blanc, y su "Factory" ofrece por otra parte una idea interesante de la cultura y del acondicionamiento del té en las Seychelles.
En cuanto a los amantes de las lagunas paradisíacas, deberán visitar el Parque Nacional Marino de Ste Anne, cuyos fondos marinos se pueden explorar con unas simples gafas de buceo o desde un barco con el fondo de cristal.
Victoria, la capital de las Seychelles, cuyo nombre proviene de la famosa reina epónima, es la única verdadera ciudad del archipiélago con 30.000 habitantes. Considerada como la capital más pequeña del mundo, es aquí donde encontramos el único semáforo de todas las Seychelles.
El mercado , denominado bazar, fue construido en 1840 y renovado en 1999, y es el centro neurálgico de la ciudad. Aquí se pueden encontrar todo tipo de productos tropicales, especies, pescado, fruta y verduras. En torno a la plaza se encuentran las preciosas casas criollas y la Market Street, en la que se puede adquirir artesanía local . Las tiendas chinas venden todo tipo de artículos.
El centro de la ciudad está simbolizado por la Clock Tower (torre del reloj) situada en una rotonda, una especie de Big Ben en miniatura construido en 1903 en memoria de la reina Victoria, fallecida dos años antes, y réplica del reloj del Vauxhall Bridge, en Londres. Este monumento fue restaurado en 1999, al mismo tiempo que el mercado de la ciudad.
Algo más lejos, en lo alto de una escalera, se encuentra el bar más popular de las Seychelles, el "Pirate's Arms" , lugar de encuentro de toda Victoria.
También merece la pena visitar la catedral de la Inmaculada Concepción, que data de principios del siglo XX, y el museo que reconstruye la historia de las Seychelles a través de varios objetos tradicionales.
El jardín botánico de Victoria cubre seis hectáreas y reúne unas doscientas especies de plantas exóticas entre las que se encuentran los famosos cocoteros de mar y la tortuga de Aldabra. No te puedes perder la colección de conchas del Museo Nacional. Tienes que visitar el jardín del Rey, un dominio de 50 hectáreas que permite observar especias y aves exóticas.
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